Los portones automáticos del complejo y la seguridad
La flecha indica el lugar que queda abierto en el segundo portón |
Varias cartas firmadas por los vecinos, piden la restitución de la vigilancia en ese lugar,por varios y atendibles motivos:
Al no tener guardia en los dos primeros portones contando desde Hipólito Irigoyen, se produce un estado total de inseguridad, ya que al entrar o salir vehículos por dichos accesos, cualquier persona ajena puede ingresar con intenciones que no conocemos, más allá de la peligrosidad de dejar liberados espacios sin vigilancia.
La necesaria presencia del guardia en el segundo portón impide además que por la enorme abertura que tiene la puerta para peatones- ubicada al lado de la caseta de vigilancia- ingresen personas no deseadas por dicho lugar. Todo el enrejado del complejo deja de tener sentido si queda libre un sitio por donde cualquier individuo que no vive en las torres, puede entrar o salir a su antojo.
Esta nueva disposición -concuerdan varios vecinos- limita también la vida y la libertad de desplazamientos de los habitantes de varias torres, ya que en situaciones de emergencia, ambulancias, taxis, servicio de farmacias, se deberá llamar y esperar que alguien venga a abrir el portón.
Las ambulancias entran con asiduidad por ese acceso y una demora puede significar mucho para salvar una vida.
Además si un vecino pide un taxi en las torres cercanas al segundo portón, al entrar por el acceso al lado del supermercado, para salir deberá hacerlo marcha atrás por no tener espacio en la calle para maniobrar.
Si una persona mayor o enferma vuelve al complejo en taxi o en un auto de alguien que no vive en el CH70 y se dirige hacía las torres 19, 20, 21, 22 o 23, no podrá hacerlo ya que no tendrá salida al estar el portón cerrado sin guardia.
Las rejas comienzan a herrumbrarse
La corrosión ha comenzado a dañar el enrejado del perímetro y de no adoptarse medidas se corre el riesgo de perder algo que tanto ha costado.
Las imágenes son claras respecto a este tema:
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